domingo, 11 de enero de 2015

VENEZUELA Y LA SUSTENTABILIDAD URBANA

M. Sc. Ing. Daniel E. Morillo H. 


En 1992, durante la celebración de la Cumbre de la Tierra, realizada en Rio de Janeiro (Brasil), se define por primera vez el término “Desarrollo Sustentable”, teniendo como punto central la gente, en el sentido más amplio, al ser su objetivo principal el mejoramiento de la calidad de vida del hombre y estando fundamentado en la conservación, en el respeto por la capacidad de la naturaleza, para el suministro de recursos y servicios para el mantenimiento de la vida.
Nuestra constitución también recoge este concepto y lo plasma en su articulado al decir que, “Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro….”, igualmente lo hace política de Estado al establecer que “El Estado desarrollará una política de ordenación del territorio atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas, políticas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable…”.
Autores importantes han afirmado de forma muy atinada que en las ciudades se ganará o se perderá la batalla por la sostenibilidad; relacionando la supervivencia de la población del planeta, en especial la población urbana, con el consumo de los recursos naturales y muchas veces, su derroche innecesario.
La sustentabilidad urbana es definida como aquella que permite a una ciudad llegar a obtener una elevada y continuada calidad de vida en sus habitantes, con escenarios ecológicamente aceptables en todos los ámbitos, sin deteriorar el entorno natural y estando estrechamente relacionada con la sustentabilidad social y el desarrollo humano.
Analizando la situación de nuestras ciudades nos damos cuenta que todos; incluidas las instancias de gobierno (nacional, regional y local), así como la sociedad en general, debemos repensar el modelo actual de estilo de vida que se lleva en ellas, donde encontramos patrones urbanos no planificados, ciudades muy dispersas, en las cuales la población se ve obligada, dada sus necesidades más apremiantes, a ocupar de forma anárquica e ilegal nuevos espacios, muchas veces inadecuados; donde el transporte privado e individual está por encima del público, el cual presta en la gran mayoría de los casos, servicios deficientes, de forma desordenada y con unidades obsoletas y/o inadecuadas; y donde la inseguridad imperante obliga a los ciudadanos a estar prácticamente presos en sus hogares.
Para tratar de revertir esta situación debemos actuar urgentemente y con decisión sobre los asentamientos informales y dejar de promover esta nefasta práctica ciudadana; resolver los problemas ocasionados por una ineficaz dotación de servicios públicos básicos tales como acueductos, cloacas y drenajes; promover equipamientos sociales con un aumento de las áreas verdes las cuales deben estar protegidas; analizar y resolver la problemática de la movilidad y el transporte tanto privado como público, mejorando el servicio de este último.
Igualmente se debe analizar el consumo de recursos naturales y promover a través de la educación y en todos sus niveles la racionalidad en su uso; atender el tema de la producción de desechos sólidos y promover en la ciudadanía, con campañas eficientes, la clasificación por la naturaleza de los mismos; prestar mucha atención a la producción de contaminantes atmosféricos de todo tipo (polvo, humo, gases, entre otros); comprometerse con establecer políticas para mejorar de una manera sustancial, la seguridad de todo tipo; desarrollar políticas de prevención ante los desastres naturales, los cuales vemos cada día con mayor frecuencia, e institucionalizar la urbanización sustentable, aumentando y promoviendo la planificación urbana con un control y una evaluación constante por parte de todos, ciudadanos, organizaciones y gobierno.
Por todo esto deberíamos promover la reducción del consumo de recursos naturales, disminuyendo la probabilidad de su colapso para las generaciones futuras; el reciclar, reusar, recuperar, rehabilitar y renovar a todos los niveles, desde nuestro hogar y hasta muchas edificaciones que actualmente se encuentran en estado de abandono y que pueden servir de ayuda a la comunidad al acometer este tipo de trabajos.
Igualmente, cambiar nuestros patrones de consumo los cuales están orientados hacia el derroche; una educación ambientalista y la planificación a mediano y largo plazo, dejando de lado la inmediatez; para lograr alcanzar la tan anhelada sustentabilidad urbana.

Bibliografía.
·                    Barton, Jonathan. (2006). “Sustentabilidad urbana como planificación estratégica”. (Artículo Revista eure. Vol. XXXII. No. 96. Chile). (htt/www.eure. /numero/sustentabilidad-urbana-como-planificacion-estrategica, consulta: 19/05/2012 hora: 5:25 pm).
·                    Flores de Gabaldón, María Graciela. (2011). “Conferencia: Venezuela Sustentable”.  (htt/www.Venezuela.ahk.de/SustentabilidadUrbana_GFlores.pdf, consulta: 20/05/2012 hora: 2:35 pm).
·                    Gabaldón, Arnoldo. (2006). “Desarrollo Sustentable. La Salida de América Latina”. Editorial Grijalbo. Caracas. Venezuela. (htt/www.books.google.co.ve, consulta: 20/05/2012 hora: 11:15 am).

·                    López Bernal, Oswaldo. (2008). “LA SUSTENTABILIDAD URBANA una aproximación a la gestión ambiental de la ciudad”. Universidad del Valle. Colombia. (htt/www.books.google.co.ve, consulta: 19/05/2012 hora: 3:00 pm).

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